Hay dos caminos para acercarse al Tarot, uno relativamente sencillo, en el que la guía es la intuición, es inmediato y pueden acceder a él todos; el otro es más complejo, es oculto y oscuro, el que está abierto para pocos. La preparación de una tirada de tarot, por ello, es muy importante.
El primero y más típico, la intuición, aparece en casi todos los textos comerciales, éste nos pone en contacto con uno mismo, puede sacar a la luz todo lo que ocultamos o intentamos ocultar de nuestra mente. Logra que hablemos de nosotros mismos y permite que enfoquemos los problemas para resolverlos mejor, mediante la meditación y la concentración.
El segundo camino no es distinto al anterior, pero este lo recorre un hombre distinto, un hombre nuevo, que supo transformar sus problemas en oro. Este no se puede recorrer solo, se debe recorrer guiado por un maestro, es el camino de la iniciación. Los dos caminos no se pueden recorrer a la vez, no se pueden entrelazar.
En general las indicaciones que daremos serán para acompañar al lector en su recorrido por el primer camino, no podemos mentir y dejar creer que se puede comprender el Arcano, (del latín arcanus, secreto; ver arca, del latín arceo, contener o alejar; del griego archeo, proteger) solamente con su inteligencia, aunque casi todos lo manuales de Tarot lo digan, pues cualquier disciplina exige estudio y dedicación, capacidad y experiencia. Así que primero aprendamos el tarot y puede ser que en un futuro se nos abra el segundo camino.
Por esta razón, creemos que para la actividad adivinatoria las únicas normas importantes son la preparación mental y el silencio. Claro que además, es aconsejable no comer, ni beber o fumar durante la tirada. La comida pone pesado el estómago y se excitan los sentidos. En las primeras fases la mente debe concentrarse y para lograr ver en uno mismo hay que estar muy lúcido, ya vendrán tiempos en los que dar rienda suelta a la imaginación, pero primero hay que aprender y lograr concentrarse.
También es importante lavarse las manos antes y después de cada tirada, no sólo para eliminar las impurezas sino también las posibles energías negativas. Para lograr la concentración necesaria es bueno buscar un sitio tranquilo, donde los demás no puedan incidir en la concentración ni en la lectura. Muchas veces la curiosidad y la posible “ironía” con la que suelen hablar del tema otros, puede poner incómodo para el o los que actúan. La mesa donde se realiza la tirada debe estar cubierta con un paño de un color suave, ya que no debe interferir en la visualización de las cartas. La habitación debe tener luz suficiente, sin que la vista sufra por exceso o falta de la misma, la luz del día es muy propicia para el Tarot.
Una vez libre la mente de pensamiento y preocupaciones, se puede iniciar el diálogo con uno mismo mediante el juego de las cartas de tarot.
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