Los amuletos nacen desde las más remotas épocas, cuando el hombre intuyó que las cosas, según su uos, adquieren una segunda naturaleza: un espíritu propio. Son objetos en los que se acumula energía, cargados de poder, en los que se confía y se adopta como «algo propio».
El Novenario es uno de los talismanes conocidos, más poderosos. Está conformado por una estrella de nueve puntas constituida por tres triángulos equiláteros. Representa las cuatro potencias del alma (Mente, Entendimiento, Razón e Imaginación) y las cinco sentidos o potencias del cuerpo (oído, vista, olfato, gusto y tacto). Por lo tanto, encarna la idea de perfección total e integrada, porque potencia tanto las facultades psíquicas como las físicas. Es el amuleto de la Evolución, el que protegerá a quien lo use de cualquier peligro de desorden, ya sea físico o psíquico.
Este amuleto deberá tenerse siempre cerca de la cama donde dormimos habitualmente, para que el sueño, además de ser reparador, sirva también para mantener el equilibrio. Los talismanes tienen una energía única dada por su forma, que está en relación con las formas universales. Son elementos privilegiados porque a través de sus poderes, hombres y mujeres pueden conectarse con planos superiores y establecer una relación estrecha con energías poderosas.
Si consideramos esto nos daremos cuenta de lo cuidadosos que hay que ser al momento de fabricar un talismán y esa misma precaución debe tomarse al guardarlo. Sólo la persona que lo necesita puede utilizarlo y es mejor que no se lo preste a nadie porque, de lo contrario, los flujos de energía que porta podrían alcanzar direcciones equivocadas y, entonces, el talismán perder poder o convertirse en un instrumento negativo.
Cómo fabricar el Novenario
[sociallocker id=»1794″] Deberá utilizar tres triángulos equiláteros (sus tres lados deben ser iguales) de cobre y del mismo tamaño. Cada uno de los triángulos llevará grabadas sus iniciales en el centro. Coloque los triángulos uno sobre el otro, hasta que se forme una estrella de nueve puntas. Sea lo más detallista posible en esta etapa, cuidando la simetría del objeto. Cuando la figura haya alcanzado la mejor forma posible, los triángulos deben soldarse o, en su defecto, adherirse con un pegamento. Lo importante es que queden visibles sus iniciales en la cara externa de la estrella.
Exponga el amuleto al humo de un sahumerio de incienso y benjuí. Confeccione una bolsita de seda blanca para guardarlo. Trate de que tenga las medidas justas para que quepa nada más que su objeto mágico. Introduzca el amuleto en la bolsita y cósala. Durante el día, llévelo siempre consigo en contacto con el cuerpo.[/sociallocker]
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